dilluns, 21 de març del 2016

NUEVAS IMÁGENES HERÉTICAS DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Zinzendorf explica su doctrina del Espíritu Santo, proclamando que ella es una madre de tres maneras distintas. En primer lugar, fue el Espíritu, no María, que era la verdadera madre de Jesús, ya que "lo preparó en el útero, se cernía sobre él, y finalmente lo trajo a la luz. Ella [el Espíritu] le dio [a Jesús] sin duda a los brazos de su madre, pero con las manos invisibles llevó más que su madre lo hizo. "
En segundo lugar, el  Espíritu es la madre de todos  los seres vivos, 
porque  ella tiene un papel especial en la creación  continua del mundo. "Se sabe que el Espíritu Santo trae todo a la vida, y cuando el hombre fue hecho de un pedazo de la tierra ... el Espíritu Santo estaba muy cerca a través de la respiración del respiro de Dios en el hombre." Por lo tanto, el Espíritu Santo es la madre de todas las almas que viven de una manera general.
El Espíritu Santo es también la Madre en un tercero y más importante sentido. Ella es la Madre de la Iglesia y de todos aquellos que han renacido. "El Espíritu Santo es la única Madre de las almas que han sido una vez nacidos fuera del orificio lateral de Jesús, como la verdadera matriz de todas las almas benditas."
Zinzendorf  basa esta comprensión del Espíritu que da a luz a las almas convertidas en gran parte de la conversación de Jesús con Nicodemo en Juan 3. Jesús le dijo a Nicodemo que tenía que nacer de nuevo, no desde el vientre de su madre, sino de Dios. Nicodemo sabía que nacemos de una madre, no de un padre, pero él no sabía quién era la madre. Zinzendorf  dice que Jesus respondió: "No hay otra madre, no la que físicamente te dio a luz, ella  no importa: hay que tener otra madre que te dará a luz." En definitiva, pues, el Espíritu Santo es la Madre de los cristianos en el sentido de que es el agente activo en la conversión. Actores humanos son únicos agentes del Espíritu Santo, y en algunos casos ni siquiera son necesarios para la conversión.
Condesa Erdmuth Dorothea von Zinzerdof (1700-1756).



En Junio del 2011 publiqué en éste mismo Blog, la entrada “Les imatges herètiques de la Santíssima Trinitat” que podeu veure aquí:


A lo largo de éstos últimos años, he ido recopilando nuevas informaciones e imágenes, sobre lo que por aquellos años me parecía un fenómeno interesante, en la medida que enlazaba el cristianismo con las tradiciones pre cristianas, incluso con cultos muy anteriores y lejanos, como los Vedas, etc. 
Hace unos pocos meses, de nuevo las “causalidades”, me llevaron a descubrir la siguiente imagen:





Como podéis ver, se trata de un fresco que representa a la Santísima Trinidad, se encuentra en una pequeña iglesia de un pueblecito de Baviera, cerca de Munich.
Veamos algunas imágenes de ésta peculiar iglesia dedicada a San Jacobo en Urschalling:










La imagen que procede del s.XVI, aunque no fueron redescubiertas hasta el 1923. sorprende porque entre el Padre y el Hijo, destaca “la” Espíritu Santo, si os fijáis, la figura central es claramente femenina y es bastante diferente en cuanto a su vestimenta, etc.


Inmediatamente, me llamó la atención.
Si las imágenes de la Santísima Trinidad trifaciales 





y tricéfalas, 



para representar a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, tal como vimos en la entrada que hemos reseñado anteriormente, habían sido condenadas cómo heréticas, ¿que no pasaría con una imagen en la que aparecía una mujer como representación de una las personas de la Trinidad?.
Necesitaba investigar más.
Pronto encontré una buena fuente de información.
Para no aturdiros con un texto sumamente intrincado y con una enorme multitud de citas, os ofrezco un breve resumen:
"En diversos textos del Cristianismo de los primeros siglos y aún posteriores, el Espíritu Santo es reflejado como Hipóstasis de género femenino. Esto se muestra de un modo particularmente intenso en la literatura del cristianismo sirio primitivo, en diversos textos de la llamada literatura tomasina estrechamente relacionada con aquella -El Evangelio de Tomás y los Hechos de Tomás- y en algunos de los principales textos de los que, en su perspectiva gnóstica, serían considerados posteriormente heterodoxos o apócrifos. Aunque se ha señalado la importancia lingüística que en buena parte de estos escritos se deriva del género femenino que el término espíritu asume en hebreo y en su variedad siríaca (ruah y ruha respectivamente), se hace necesario considerar también la subyacente comprensión teológica que contempla, en la Persona del Espíritu Santo, el Rostro femenino y materno de Dios.

Introducción  

En la herencia judeo-cristiana de nuestra cultura occidental se halla asimilada la idea de Dios, Padre, con connotaciones masculinas. Del mismo modo la Segunda Persona de la Tríada divina, el Hijo, por cuanto se muestra intensamente ligada con la figura de Jesús Cristo. El Espíritu Santo como determina el artículo que le precede, es considerado — en aquellas lenguas que diferencian el artículo de género masculino o femenino (como el francés, el italiano o el español) — con género y adjetivaciones masculinas, si bien se percibe de un modo indiferenciado o neutro. A muchos no estudiosos o desconocedores del tema que aquí tratamos tal vez pueda sorprenderles que, en los primeros siglos del cristianismo, fue común en diversos escritores —que así mismos se consideraban cristianos y fieles seguidores del mensaje de Jesús—, contemplar al Espíritu Santo como «Espíritu Santa», es decir, de género femenino y con atribuciones femeninas y maternales. Esta perspectiva de la Tercera Persona de la Tríada divina como Hipóstasis femenina, comenzó a manifestarse muy tempranamente, desde el siglo I de nuestra era hasta el s. V y aún posteriormente, y no de un modo aislado, sino en diversas regiones – por otro lado destacadas- de la incipiente cristiandad. Se hace necesario recordar en este punto como destaca Ehrman que "la Iglesia primitiva no estaba constituida por una sola ortodoxia…"..."por el contrario"..."el cristianismo asumía en la antigüedad una significativa variedad de formas, ninguna de las cuales representaba con claridad a una importante mayoría de creyentes en detrimento de las demás…" "De hecho, hasta donde podemos remontarnos, el cristianismo era sorprendentemente variado en sus manifestaciones teológicas."  Textos y autores del cristianismo primitivo que determinan al Espíritu Santo con género femenino o atribuciones maternales Entre los primeros escritos conocidos en que se hace referencia al Espíritu Santo como Madre, se encuentra el llamado Evangelio de los Hebreos, una de las obras judeocristianas más antiguas. Redactado probablemente en Egipto, entre finales del s. I y la primera mitad del s.II e.c., su lengua original seguramente fue el griego. Sólo se conservan textos fragmentarios recogidos por diversos autores. Orígenes (185-254) cita en dos ocasiones, con muy ligeras variaciones, un mismo pasaje de este Evangelio. La forma más extensa del mismo es la que reseña en su Comentario al Evangelio de Juan: «…el Salvador en persona dice: ‘Poco ha me tomó mi Madre, el Espíritu Santo, por uno de mis cabellos y me llevó al monte sublime del Tabor’…»
Muy posiblemente es a esta Madre a la que Jesús se refiere como su verdadera Madre, que le ha dado la Vida, en el Evangelio de Tomás -— manuscrito copto del s. IV e.c., cuyo original griego o más seguramente siríaco, fue compuesto ca. 50 -140 e.c. — de los Códices de Nag Hammadi (NHC II, 2): «Quien no odia a su [padre] y a su madre como yo, no puede llegar a ser mi [discípulo]. Y quien [no] ama a su [padre y] a su madre como yo, no puede llegar a ser mi [discípulo]. Pues mi madre […], pero [mi] verdadera [madre] me dio la vida». Evangelio de Tomás, ‘Dicho 101’.
En las Odas de Salomón, la colección más antigua de himnos cristianos que ha llegado hasta nosotros, de la Siria Oriental, con fuerte sustrato judeocristiano y de finales del s. I o comienzos del s.II e.c.7, el Espíritu Santo es mostrado con aspecto femenino.
Orígenes vuelve a acotar este pasaje en su Homilía sobre el Profeta Jeremías 15,4 (Hom. in Hierem 15, 4): «Si alguien admite el [pasaje]: ‘Ha poco me tomó mi madre, el Espíritu Santo, y me llevó al monte sublime del Tabor’ y lo que sigue, puede, viendo en Él a su madre,... ».  
El mismo Orígenes afirma en el citado Comentario al Evangelio de Juan (In Ioh 2, 12.88): ”Quienquiera que haga la Voluntad del Padre Celestial, tiene al Espíritu Santo por su Madre”.
El Hijo es la copa, y el Padre es el que fue ordeñado y ‘la Espíritu Santa’ es Ella quien le ordeñó.  Porque Sus pechos estaban llenos y no era conveniente que su leche fuera efundida en vano.  ‘La Espíritu Santa’ abrió Su seno Y mezcló la leche de ambos pechos del Padre  Luego Ella [‘la’ Espíritu Santa] le dio la mezcla a la generación sin que ellos lo supieran, y los que la han recibido están en la plenitud [Pleroma] de la derecha.
Más adelante, en la Oda 36, vuelve a significarse la dimensión femenina del Espíritu Santo: 1 Descansé en el Espíritu del Señor y Ella me elevó a lo alto. 2 Me restableció sobre mis pies en la altura del Señor, ante su perfección y gloria, mientras que yo le alababa con la composición de sus odas 3 La Espíritu me engendró ante la Faz del Señor y, puesto que yo era el Hijo del Hombre, fui llamado Luz, Hijo de Dios.
Formando parte de los Manuscritos de Nag Hammadi, se halla el llamado “Libro Sagrado del Gran Espíritu Invisible” (NH III, 2; IV, 2), también conocido como “Evangelio de los Egipcios”. Al igual que el resto de textos de la Biblioteca, fue redactado en copto en torno al s. IV de nuestra era si bien, algunos estudiosos, consideran que fue traducido de un original griego de la primera mitad del s. I (100-150 e.c.). En él se muestra a la Tríada divina en este modo: «Han provenido tres poderes de él, ellos son el Padre, la Madre, el Hijo, desde el Silencio viviente que proviene del Padre incorruptible. Éstos han venido, pues, a partir del Silencio del Padre Oculto. »  
El Apocrifón o Libro secreto de Juan (NHC II, 1; NHC III, 1; NHC IV, 1 y P. Berol. 8502), redactado en copto sahídico, procedente de un original en griego ca. s. II e.c. y considerado como el “primer escrito en formular una narración completa de teología, cosmología y salvación cristiana”, relata como Juan el Apóstol, hijo de Zebedeo, después de la crucifixión tiene una visión mística de la Trinidad en la que se le dice: «Juan, Juan, ¿por qué dudas y por qué tienes miedo?...Yo soy el que [está contigo] siempre. Yo [soy el Padre], yo soy la Madre, yo soy el Hijo.»
En la singular colección de sentencias, aforismos o reflexiones de corte valentiniano que conforman el Evangelio de Felipe — manuscrito copto de la primera mitad del s. IV cuyo original griego fue redactado, probablemente en Siria, ca. 180-250 e.c. — procedente de la Biblioteca de Nag-Hammadi (NHC II, 3), es patente la consideración femenina del Espíritu Santo: «Unos decían: “María ha concebido del Espíritu Santo”. Se equivocan. No saben lo que dicen. ¿Cuándo una mujer ha sido jamás embarazada por una mujer?... »
Escuela de pensamiento de Bardaisan (150-222 e.c.), son los únicos Hechos apócrifos de los que se conserva el texto completo. 22 En la versión posterior griega de los Actos o Hechos de Tomás se manifiesta, como señala A. Orbe,23 “el esquema triádico” Padre-Madre-Hijo, mostrándose al Espíritu Santo como Madre u otras clases de imaginería maternal para el Espíritu. Así, en la epíclesis o invocación al Espíritu Santo transcrita en el capítulo 27, se halla: «Ven, el Santo Nombre sobre todo nombre, del Cristo. Ven, la Virtud del Altísimo y la misericordia perfecta. Ven, el carisma altísimo. Ven la Madre compasiva. Ven la compañía del Varón. Ven la que descubre los misterios ocultos. Ven la Madre de las siete casas [esferas planetarias], a fin que tu descanso se adentre en la octava casa [la Celestial Cámara de la Novia]. Ven, el enviado de los cinco miembros — intelecto, intuición, ciencia (práctica), reflexión, discurso — y comunícaselo a estos neófitos. Ven, el [la] Espíritu Santo...»
Hechos de Tomás, del mismo modo, en el capítulo 50 se encuentra: «Y comenzó a decir (Tomás): Venid las entrañas perfectas. Ven la compañía del Varón, ven la que conoce los misterios del elegido, ven la que comunica en todos los premios del noble atleta, ven el silencio que revela las grandezas de toda majestad, ven la que descubre lo escondido y hace manifiesto lo misterioso, la paloma sagrada que engendra a los dos polluelos gemelos, ven Madre escondida…»
Así en el Himno de la Novia en referencia a los asistentes al banquete nupcial: «Han dado la alabanza y la gloria, con el Espíritu que vive, al Padre verdadero y la Madre siempre sabia.»
En el Himno de la Perla son narrados, como si de un relato autobiográfico se tratara, los avatares de un príncipe que es enviado por sus regios padres, el rey y la reina de Oriente, para que recupere en Egipto una perla. Esta perla le permitirá al príncipe recuperar la túnica que le confiere su identidad y dignidad principesca. Aunque puede ser leída en muchos niveles, es común en la mayoría de ellos el reconocimiento del estatus celestial de las figuras parentales. Los antiguos lectores cristianos de este poema identificaban al rey y a la reina como al Padre y al Espíritu Santo, mientras que el hijo es tanto el Primer Adam y el Segundo Adam, el Cristo.
Todavía en los Hechos de Tomás se hallan otras menciones al aspecto femenino del Espíritu Santo. Así en la plegaria eucarística del capítulo 133, el apóstol Tomás, dirigiéndose al pan, declara: «Pronunciamos sobre ti el nombre de la Madre, de un inefable misterio, y de ocultas autoridades y poderes. Pronunciamos sobre ti tu nombre Jesús.» Aunque en la versión siria, es sustituido “Padre“ por “Madre” la naturaleza epiclética de la plegaria sugiere que es dirigida al Espíritu Santo.
Los Hechos de Tomás ejemplarizan la especial relevancia que en el Cristianismo sirio primitivo adquirió la consideración del Espíritu Santo como Hipóstasis con atributos femeninos y, más particularmente, maternales. Muy posiblemente confluyen en esta particularidad diversas premisas: Por un lado, el culto ancestral a la Gran Madre jugaba un importante papel en la región de Edesa. Por otro lado, se hace necesario recordar que en las lenguas semíticas (hebreo, arameo y su variedad el siriaco), a diferencia del griego y latín, la palabra espíritu, ruha, viento o aire, es de género femenino (como ocurre en hebreo ruach).
Además, en consonancia con su énfasis inherente en el nacimiento y renacimiento espiritual, la idea del Espíritu Santo como Madre es muy común en la primitiva teología y literatura siria pues, del mismo modo que Jesús adquiere la estatura de Hijo de Dios tras el descenso del Espíritu de Dios en forma de paloma tras el bautismo (Mt. 3:16-17), así mismo es el Espíritu Santo quien posibilita nacer de nuevo a quien quiere ver el Reino de Dios (Jn 3:3-7).
Así, no es de extrañar que, además de en textos y autores considerados más tarde como heterodoxos, en los antiguos evangelios siriacos y en diversos autores como Afraates, «el sabio persa» (270-345), en Efrén de Siria (306-373) y en las Homilías de Simeón de Mesopotamia (Pseudo Macario) (ca. 395), el Espíritu Santo es designado, casi siempre, en forma femenina. «...Cuando un hombre... [...], ama y honra a Dios su Padre y al Espíritu Santo su Madre...»  
Se ha señalado por Robert Murray que “los antecedentes de la doctrina de Afraates del Espíritu Santo como Madre se hayan, en la imaginería judeo-cristiana de la cual se nutrió el Gnosticismo”.
«Es correcto y apropiado, niños, pues habéis dejado todo lo que es temporal y haber ido hacia Dios: en lugar de un padre terrenal vosotros estáis buscando el Padre Celestial, y en lugar de una madre que está sujeta a la corrupción, vosotros tenéis como a una Madre el excelente Espíritu de Dios y la Jerusalén Celestial.»
En lengua siriaca, el Espíritu Santo es denominado también «Consoladora». Y en la antigua Didascalia Apostolorum (ca. 200-250 e.c., aunque algunos autores datan su redacción en el s. II), en lo referente al ordenamiento eclesial, la diaconisa es llamada «imagen del Espíritu Santo».
Y es que fue a partir del s. V y, definitivamente, en el s. VI que los escritores usaron de forma generalizada el género masculino del latín spiritus o la forma neutra griega, pneuma, para referirse al Espíritu Santo.
Con todo es de destacar que diversos escritores eclesiásticos, aun expresándose en griego o en latín, contemplan al Espíritu Santo como “principio femenino”. Así el “obispo filósofo” cirenaico Sinesio (370-413) en su Himno II se refiere a “Ella” como “madre, y hermana e hija a la vez”: «…Santo Espíritu, centro del que engendra y del engendrado, juntamente madre, hermana, hija, que engendró a la escondida raíz [es decir, al Hijo].»
Máximo de Turín, primer obispo de esta ciudad (398) alude, en uno de sus sermones en relación a Jesús Cristo, a un nacimiento divino y un nacimiento humano, ambos virginales. El nacimiento divino (del Cristo) corresponde a una Virgen Divina que, aunque no es explícitamente aclarado, puede entenderse como al Espíritu Santo y el nacimiento humano (de la humana persona de Jesús) se dio por medio de la Virgen María.
Los escritores sirios comúnmente emplean el verbo rahef para describir la actividad del Espíritu Santo, combinando la acción de una madre pájaro con la designación del Espíritu como “Madre”. Dos autores posteriores aclaran esto. Así el monje del s. VII, Martyrius (Sahdona de Halmon. ca. 600-650) dice: “ «… Espíritu Santo, quien, como una madre, sobrevuela sobre nosotros mientras ella da santificación [nos santifica] » Y el obispo Moses bar Kepha (813-903) comenta que «El Espíritu Santo se cernió [sobrevoló] sobre Juan el Bautista y lo crió como una madre compasiva.»
Antecedentes veterotestamentarios y en diversos textos religiosos y místicos del judaísmo El Cristianismo primitivo y dentro de él, en modo particularmente intenso, el cristianismo sirio y el cristianismo gnóstico primitivo, acogió —adaptándolo a sus propias singularidades— la imaginería judaica del Espíritu de Dios, ruah YHVH, en la que éste es percibido o mostrado con características femeninas. La ruah YHVH, el Espíritu de Dios, muestra en diversos textos del Antiguo Testamento características femeninas que impregnarían posteriores escritos del Nuevo Testamento. Un ejemplo de ello es la descripción del Espíritu Santo como paloma en los relatos evangélicos sobre el Bautismo del Señor. En la imagen de la paloma, que ofrece asociaciones femeninas, confluyen varias connotaciones del AT. Así en Gen 1, 2, donde es narrada la Creación, se reseña que el Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas. Desde la perspectiva teológica rabínica se asimila el cernirse del Espíritu divino sobre las aguas con el planear o aletear de un pájaro, de una paloma o un águila. También en el Cantar de los Cantares del rey Salomón, Cant 2, 5, la paloma destaca como símbolo por excelencia de la esposa. En la tradición bíblica Dios no aparece únicamente bajo el lenguaje masculino. También lo femenino es vehículo de la revelación de Dios, expresándose en diversas partes del AT con aspectos maternales: «Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo.» Is 66,13 «¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.» Is 49,15 La dimensión femenina de la divinidad en el judaísmo encuentra en la Presencia de Dios o Shekinah, uno de sus mayores exponentes. Si bien el término Shekinah o Shejiná, derivado del hebreo shakan, presencia, acción de morar, no aparece explícitamente en la Biblia, sí es utilizado frecuentemente en el Talmud como sinónimo de Santo Espíritu. El Zohar, uno de los textos más representativos de la mística judía o Kabalah atribuido a Simeón Bar Yojai (s. I-II e.c.), corrobora esta correspondencia entre la “Presencia de Dios” o Shekinah y el Espíritu Santo: «Y la Shejinah, […] que es el Espíritu Santo.»
Por otro lado, en su exégesis interpretativa, el Zohar considera que las menciones en el texto bíblico a la “Presencia o Gloria de Dios” son equivalentes a “Rostro de Dios” o “Faz del Señor” que se manifestaba como columna de nube durante el día y columna de fuego durante la noche (Éxodo XIII, 22) y que no sólo acompañaba al pueblo de Israel sino, y muy especialmente, a los justos.
La estrecha relación entre la Shejinah y el Espíritu Santo: El pecado aleja a ambos y las mismas virtudes califican a la una como a la otra. En el Zohar la Shekinah o Shejinah, es también asimilado como un ángel, “El Ángel de la Faz”, que integra “lo Masculino y lo Femenino”. La Shekinah es considerada, en el pensamiento místico judío, como la profunda seidad inmanente del ser humano, la Santa Presencia de la Gloria de Dios dentro de él, el trasfondo profundo de su propia alma, y que puede revelarse personalmente al hombre y a la mujer.
Las palabras del Apóstol Pablo en su Epístola a los Corintios, se muestran en consonancia con ese aspecto de acompañamiento o Moradora interior de la Shekinah: «¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?» 1 Cor 3, 16 «¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?» 1 Cor 6, 19 En todo caso es muy intensa la relación del Espíritu Santo de Dios, la Presencia de Dios o Shejinah con lo femenino y en lo concreto con la mujer, desde la perspectiva rabínica cabalística: «Todas las mujeres se hallan al amparo de la Shejiná y Ella mora con quien tiene esposa y no con quien no la tiene.» El Zohar, sección Vayehi.
Epílogo Cuando profundizamos en la historia del cristianismo como tradición religiosa, en sus primeros siglos, en las diversas comprensiones que en él se dieron y considerando su estrecha relación con el sustrato judaico del que surgió hayamos, en algunos de sus textos olvidados o apartados de la ortodoxia, la Faz femenina y Maternal de Dios manifestándose, revelándose, por su Espíritu Santo. Esta perspectiva, más allá de su expresión gramatical lingüística o por medio de elementos simbólicos femeninos o, incluso, ateniéndose a ella —por la íntima relación que existe entre el lenguaje, el pensamiento y el sentimiento—, apuntan, como diversas corrientes teológicas, no ya del pasado sino actuales, lo resaltan, a una vía de acercamiento a lo Divinal aproximándose y profundizando en Su semejanza femenina y masculina, trascendiendo connotaciones meramente biológicas o genitales, dentro de cada ser humano, varón o mujer. (Tomado de Hesykhios T. Elpizein, septiembre 2014.)
Podríamos recordar aquí alguna de las representaciones tradicionales de la Santísima Trinidad, conformes a la tradición católica:





Ésta es la representación más frecuente, la tradicional digamos. En la parte superior derecha de la imagen, encontramos a Dios Padre. A su derecha, en la parte superior izquierda a Jesús, Dios Hijo. Y en el centro, la paloma o Espíritu Santo. Ciertamente en el idioma castellano, la paloma tiene un género femenino, cosa que no pasa en otros idiomas, por ejemplo en catalán que seria "el colom", género masculino. No pensamos en un palomo blanco, aunque sea "el" Espíritu Santo.
Los que conozcan más a fondo la simbología, recordarán que tradicionalmente, la paloma se asocía desde tiempos muy antiguos -finales del Paleolítico, comienzos del Neolítico- a las diversas representaciones de la Diosa Madre, como ave, pero ésto queda fuera de los objetivos de ésta entrada.
Otras representaciones "ortodoxas" de la Santísima Trinidad:



Aquí podemos ver de nuevo a Dios Padre que en su pecho lleva el ojo inscrito en un triángulo, a Dios Hijo con el cordero de los sacrificios en el pecho y las laceraciones de la crucifixión en las manos, a Dios Espíritu Santo con "el" palomo sujeto con las manos




en el pecho.

Bien, hasta aquí las argumentaciones, consideradas heréticas tanto por la Iglesia Católica, como por las iglesias protestantes sobre la Femineidad del Espíritu Santo, o del Espíritu Santo como Diosa Madre. Recordemos de paso que la posición de la Iglesia se basa en el siguiente texto, para impedir la ordenación de las mujeres como sacerdotes.
“Porque no permito que la mujer enseñe, ni que contienda con el varón, sino que guarde silencio; porque Adán fue formado primero, y después Eva, y Adán no fue el engañado, sino que la mujer, siendo engañada, transgredió el mandamiento.” (1ª Ti. 2:12-14)
En otra pequeña iglesia, no muy lejana a la anterior, en Eggenfielden, existe un retablo escultórico, de semejante contenido, veamos:




Aquí tenemos una Santísima Trinidad, en el cetro a Dios Padre, a su derecha a Jesús, Dios Hijo, a la derecha de la imagen a Dios Espíritu Santo que están coronando a la Virgen María. Es otra imagen típica de la iconografía católica:


Pero volvamos la vista atrás, fijémonos de nuevo en el Espíritu Santo que aparece en el retablo:



Aunque no se aprecian características sexuales, debajo de la ostentosa y rica vestidura, la belleza del rostro, la ausencia de barba, la delicadeza de la mano que sostiene el cetro, nos llevan  a pensar de nuevo en "la" Espiritu Santo.
¿Que relación debía existir entre éstas dos obras, ambas fechadas en el S.XV, aunque se cree que el fresco de la Iglesia de San Jacobo pudiera ser anterior del S.XIII y restauradas en el XV?
En aquella región alemana, Baviera, cercana a las fronteras con Austria, Suiza y Chequia, bien pudieron llegar desde finales del S.XIII, influencias del movimiento de los Gugliemiten. 
Las Guglielmiten eran seguidoras de Guglielma o Vilemína de Bohemia o Vilemína Blažena, una hija del rey checo Premysl Otakar I y su segunda esposa Constanza de Hungría. Guglielma nació en Pentecostés 1210, apareció en Milán en algún momento entre 1260-1270 y murió allí el 24 de agosto 1281.
Michele Caffi conjeturó que había sido monja, que en esa condición “cometió el pecado” de tener un hijo y de incógnito huyó a Milán. Su nombre latino era "Guillelma", en Milan la llaman "Guillermina" o "Guglielmina" Felice, Felicino, Felicina (feliz, mujer beatífica) o Paraclitolo (pequeña Paracletos –tercera persona de la Santísima Trinidad-), en griego "Consoladora".
La idea de las Guglielmiten era que la renovación de la comunidad cristiana vendrá del sexo femenino. Así como Cristo en la última cena a sus discípulos exhorta al amor y servicio de los demás, Guglielma llama a sus discípulos, a liberarse de las convenciones sociales y  conectar en el amor y el respeto mutuo. 
Guglielma fue una gran sanadora, y su reputación creció hasta el punto del surgimiento del movimiento religioso llamado Guglielmites, al que se unieron muchas mujeres y algunos aristócratas Milaneses. Entre otras cosas que veremos más adelante, éste movimiento sostiene que Dios se podría buscar en sí mismo, privando de este modo el papel de intermediación de la iglesia y que Dios se podía encontrar en el cuerpo de una mujer de la misma manera como en el de un hombre.





La idea extraordinaria de una encarnación femenina de Dios se extendió a Guglielma toda la vida. Se creía que su cuerpo y el de Cristo eran un solo cuerpo, es decir, el Espíritu Santo. Y, como consecuencia, la redención había sido superada por el sacrificio de Cristo. Dijo que "se ofrece a partir de 1262, no sólo para el cuerpo de Cristo en el sacrificio de la misa y consagrado, pero al mismo tiempo el cuerpo del Espíritu Santo, que Guglielma misma era". 
Esta doctrina está conectada con la doctrina de la redención de los incrédulos por la idea de que el plan de salvación de la humanidad podría materializarse en su totalidad por la reciente aparición de Dios en el sexo femenino.
Guglielma murió el 24 de agosto 1281 y fue enterrada en el cementerio de la parroquia de San Pietro all'Orto. El 1 de noviembre del 1281 cuerpo fue exhumado y vuelto a enterrar en un ataúd precioso, decorado. Luego de la ceremonia solemne traslado tuvo lugar en Milán, a la Abadía de Chiaravalle . 



Su tumba (una celda monástica) se convirtió en el destino de las peregrinaciones y lugar de encuentro. Un mes después del funeral era su cuerpo otra vez sacado del ataúd, y se lavó con agua y vino. Se recogió el líquido en un recipiente y se transfiere a la hermana Mayfreda. A continuación, el cuerpo estaba vestido con una camisa y un escapulario y de nuevo puesto en el ataúd. El escapulario es un rectángulo largo de la tela con un cuello en el medio, que es usado por los monjes; la hipótesis es que Guglielma fue una monja cisterciense se basa en esta ropa.



Sucesora de Guglielma fué la hermana Mayfreda Pirovano en el Convento de Biassono. Predicaron, enseñaron y realizaron siempre  los sacramentos. Su autoridad en el Guglielmiten se basa en el hecho de que representaban la encarnación en Guglielma de Dios –Espiritu Santo- en la tierra. Se la conoce como "dominus meus dominus vicarius". Frente a ella, el gesto del pie y el beso de la mano practicada desde el Guglielmiten (gestos que desde 1073, sin excepción, fueron reservados exclusivamente para el Papa). En 1284 la Inquisición de Milán supo por primera vez debido a la falta de cuidado de Allegranza Perosio y Carabella Toscana de herejía. Seis mujeres y un hombre fueron interrogados en un proceso que abjuraron en su creencia errónea y fueron simbólicamente castigados y absueltos.
En 1296 firmó el Papa Bonifacio VIII, una Bula (Sepe Sanctam Ecclesiam, como Nuper anuncio Audientiam conocido), por la que las seguidoras de Gugliema son condenadas acusadas de ser una secta herética. Escribe que algunas personas, incluidas las mujeres, tenían la teoría, que poseen el poder de atar y resolver (el poder del Apóstol Pedro y sus sucesores), realizarían los sacramentos, oirían confesiones, presumirían de predicar y de hacerse la tonsura (corte de pelo acto de entrega de los clérigos). También fueron acusadas de que se juntaban durante el día y la noche, argumentan sermones, permanecían desnudas, serían como sus esposas y se podían intercambiar, etc.
La primera parte de la Bula contiene información que se aplica perfectamente a las Gugliemiten. 1296 estableció la Inquisición de nuevo, pero sólo un miembro interrogado. Esto puso en alerta, a la hermana superiora Mayfreda con otras monjas, abandonaron el monasterio Biassono y se mudaron a la casa de Guglielmo Codega.
En Pascua, 10 de abril del 1300 celebra la hermana Mayfreda la liturgia de Pascua. El 19 de abril, fue citada para ser interrogada por la  Inquisición. El 20 de julio, se abrió un nuevo juicio contra el Guglielmiten, el proceso fue dirigido esta vez contra la fallecida Guglielma. 



En septiembre, los tres miembros principales fueron quemados junto con el cuerpo de Guglielma.
En el 1302 se llevó a cabo todavía un  nuevo interrogatorio de un miembro, aquí se menciona primero de paso que Guglielma tuvo un hijo. Un Verhörter afirmó que los monjes de Claraval comparan la santa Guglielma a la luna y las estrellas, y comentó que lo hacen mal.  En el proceso se hicieron también preguntas sobre las prácticas religiosas no cristianas: "¿Alguna vez costras o restos se tiran al fuego? Parece como si el juez adoptase la trayectoria histórica hasta la fecha de equiparar la feminidad con la magia y la brujería ". 
Los principales 14 creencias de la enseñanza vilemitischen se presentaron con motivo del proceso de 1300:
·         I. Vilemína es el espíritu que se ha convertido en la carne de las hembras.
·  II. A medida que el arcángel Gabriel a la Virgen María proclamó la encarnación de la Palabra, proclamada el Ángel Rafael Konstanze, reina de Bohemia, la encarnación del Espíritu Santo.
·      III. Vilemína era verdadero Dios y verdadero hombre (homo) en las mujeres, así como Cristo verdadero Dios y verdadero hombre (homo) en los hombres era.
·         IV. Desde Vilemína es el Espíritu Santo, y por lo tanto el Ser Divino, que es superior a la Virgen María y otros santos.
·    V. Como Cristo sufrió como un ser humano y murió, por lo que también Vilemína murió en función de su humano, no su naturaleza divina.
·         VI. Como también Cristo fue Vilemína cinco heridas en su cuerpo.
·  VII. Así como Cristo se levantó corporalmente, en presencia de sus discípulos volvieron hacia el cielo y en Pentecostés el Espíritu Santo en lenguas de fuego que descendió sobre ellos, así Vilemína resucitará antes del reciente corte con su cuerpo de la mujer, en presencia de sus discípulos, amigos y fieles en cielo subir y volver a ellos en lenguas de fuego. A continuación, todos ellos serán su enviados.
·         VIII. Como Cristo, el apóstol Pedro como su representante en la tierra y se fue detrás de él entregó su iglesia y las llaves del reino, así Vilemína hermana Mayfreda convirtió el Humiliatenorden detrás como su adjunto en la tierra.
·        IX. Como el apóstol Pedro celebra ferias y predicó en Jerusalén, por lo que la Adjunta Mayfreda, es la única autorizada a celebrar y predicar ferias de Milán y después en Roma; allí se ocuparán entonces la Santa Sede. Como Cristo es también Vilemína tienen sus discípulos y apóstoles.
·       X. La hermana Mayfreda para ser verdad "papisa" y tienen la autoridad de un verdadero papa porque Mayfreda se debe a Vilemína es el Espíritu Santo en la forma de una mujer, sea su suplente en la forma de una mujer. El papa y el papado, y el cardenal curia a su autoridad hermana pasaron Mayfreda que debe bautizar a los Judios, los musulmanes y todos los otros pueblos fuera de la Iglesia romana.
·    XI. Los Evangelios en vigor en cada momento, así como las enseñanzas contenidas en él van a ser sustituidos por los Evangelios, que son cuatro de escritura elegido a modo Vilemína vez Mayfreda habrá tomado con toda tranquilidad y de forma permanente la Santa Sede en Roma.
·    XII. Vilemína ya ha resucitado, y se adhiere a la carne, como el Cristo resucitado se alojaba su carne donde quisiera. Y como Cristo apareció antes de su Ascensión María Magdalena, por lo que también es Vilemína sus discípulos aparecían de vez en cuando.





·   XIII. El perdón de los pecados, que se obtiene en Chiaravalle por una peregrinación a la tumba Vilemínas corresponde al valor previamente recibida por una peregrinación a la tumba de Cristo en Jerusalén.
·     XIV. Al igual que los apóstoles de Cristo por amor sufrir a él, por lo que también los seguidores Vilemínas van a sufrir, y como Judas traicionó a Cristo y entregarse a los Judios, así como algunos seguidores Vilemínas entregarán sus compañeros a la Inquisición.
Es de notar que la parte Puricelli ortodoxa 



de la enseñanza vilemitischen fué deliberadamente ignorada y que la fe de los Vilemiten no se han limitado a la lista de sus creencias heréticas. Debe hacerse hincapié en que las omisiones de origen Puricelli de la fe y la enseñanza de Vilemína incluso el hecho de que en los que la conocían, había despertado la idea de una relación directa entre Dios y el sexo femenino en la creencia de que quien creó al hombre a la dualidad de un cuerpo de dos sexos, lo han deificado por su encarnación en esta dualidad. 
Como resultado del juicio conotra los Guillemites resultará el exterminio de la Iglesia temprana naciente xiv  : hacia 1300 treinta de estos discípulos, que eran originarias de familias notables de Milán, fueron acusadas ​​por la Inquisición. Encontramos entre ellos el teólogo Andrea Saramita, que apoyó las tesis de Joaquín de Fiore y Maifreda da Pirovano,  que proclamó al Papa Joan por Guglielma y fue acusado de haber nombrado a mujeres cardenales para haber predicado, distribuido de la Eucaristía y de tener "las manos y los pies atados". Él se cargará, además, haber dicho misa en nombre de Guglielma y se han preparado para un nuevo evangelio.




Andrea Saramita y Maifreda da Pirovano serán quemados en el año 1300 con algunos otros. Para erradicar el culto, los inquisidores luego de desmantelar la tumba de Guglielma, destruyen sus imágenes y textos de sus seguidores, su cuerpo fue quemado y las cenizas esparcidas, prometiendo su memoria a la condenación. Sin embargo, parece que el culto popular de la santa permaneció vivo en ciertas regiones de Italia ya que todavía encontramos huellas en Brunate .
Esta herejía medieval es parte de un movimiento más amplio de la cristiandad europea que implica las corrientes del espíritu libre o beguinas a veces se identifica con la aspiración de las mujeres para el sacerdocio, sino que corresponde, en todo caso, un movimiento del pensamiento y de la reforma debido a la laicos y las mujeres movimiento "que viene con las características de una filosofía práctica y la sociedad cristiana que empujaron a nuevas fronteras correspondientes al espíritu de la libertad de nacer y de formarse en las nacientes ciudades"
Sobre el movimiento de las Beguinas podéis leer las siguientes entradas:
http://terraxaman.blogspot.com.es/2012/11/beguinas-y-misticas-en-la-europa.html
http://terraxaman.blogspot.com.es/2012/11/beguinas-y-misticas-en-la-europa_1.html
Como podéis observar, el tema de las representaciones femeninas del Espíritu Santo, nos está conduciendo mucho más allá de lo que podía parecer en un inicio y eso que estamos haciendo un gran esfuerzo de contención para no irnos -demasiado- por las ramas.
La tradición iconográfica católica ortodoxa, sostiene sobre la Santísima Trinidad el siguiente esquema:

y hemos visto algunas de las representaciones tradicionales, podemos ver alguna más:




Tambien hemos podido ver algunas de heterodoxas, como lo es la siguiente:



Prosiguiendo con nuestra investigación, sobre la representación de "la" Espíritu Santo, aún hemos hallado otro ejemplo, quizás el más evidente, en una iglesia del Pirineo en Bellpuig, en la Catalunya francesa:



En el interior de ésta pequeña joya del románico catalán del S.XI, se encontraba éste retablo, restaurado recientemente y fechado también en el S.XV:


Nos encontramos de nuevo con la escena que conocemos. En el centro la figura de Dios Padre, con el triángulo sobre la cabeza. A su derecha, Jesús, Dios Hijo, con la cruz y las laceraciones en los pies. A la izquierda de Dios Padre, lo que no puede ser -por la paloma sobre el pecho- sino el Espíritu Santo. Fijémonos con más detalle:


En ésta ocasión, no cabe tampoco la menor duda, incluso se insinúa el seno derecho. El anónimo autor de éste sencillo retablo, nos trae hasta éste rincón de los Pirineos, el eco de aquellas voces que sonaron en Bohemia, en Milán y Baviera, pocos siglos después de otra persecución infamante contra los denominados "cataros", sobre los cuales podéis leer la siguiente entrada:

http://terraxaman.blogspot.com.es/2007/08/esclarmonda-de-foix.html

Pero a pesar de la represión, de las condenas al fuego por parte de la Inquisición, de los siglos XIII-XIV, ésta enseñanza gnóstica reapareció con fuerza en el siglo 18 en Alemania. Antes de seguir, es bueno saber el transfondo religioso de la Iglesia Morava. Los Moravos trazan sus orígenes en John Huss 


y los Bohemios -que hemos visto más arriba-, aunque mantienen ideas que difieren radicalmente de ellos en lo que se refiere a la naturaleza del Espíritu Santo. El líder principal y de gran influencia en los Moravos fue la Condesa Erdmuth Dorothea von Zinzerdof (1700-1756). 


Una de las características de este movimiento es que ordenaban mujeres y se llamaban a sí mismas como hermanas y hermanos. Zinzerdof justificaba el ordenamiento de mujeres en el hecho de que el libro de los Hechos registra el bautismo en el Espíritu Santo a 120 personas entre los cuales había mujeres, sugiriendo entonces la igualdad de hombres y mujeres en el oficio de la predicación la cual desde entonces no ha cesado. Las mujeres tenían oficios de diaconas y presbíteros. Zinzerdof mantenía la idea de que el Nuevo Testamento ofrece ejemplos de mujeres profetas, discípulas y colaboradoras e inclusive apóstoles. Académicos han encontrado un numero de más de 200 mujeres fueron ordenadas como diaconisas y catorce mujeres que fueron ordenados como sacerdotes o presbíteros en secreto, en el periodo de Zinzerdof ( 1730). Los Moravos también afirmaban que sus obispos vienen de la sucesión apostólica desde el Nuevo Testamento y por lo tanto al ordenar mujeres al diaconado dan una línea de autoridad a sus funciones. Se dice que Ana Nitchsmann fue ordenada la primera obispo.


Está reconocida la influencia de las ideas de Zinzerdof en la teología Moravia, la cual proveyó el fundamento para el liderazgo de mujeres del siglo 18. Durante este tiempo los Moravos oraban al Espíritu Santo como “Madre.” Por más de 30 años esto fue la practica aceptada y se animaba fuertemente en la iglesia esta práctica en la oración. Zinzerdoff dijo que la maternidad del Espíritu Santo fue “punto importante y extremadamente esencial….y que la práctica de las iglesias depende de este punto”.
Una de las mas importante letanias al Espíritu Santo durante el tiempo de Zinzerdof fue titulado “La Madre,” el cual fue basado en la antigua Te Deum Ludamus. 

La letania empieza así:
 “Señor Dios, ahora seas alabado, tu eres digno Espíritu Santo! Tu, la madre de la Cristiandad, la Iglesia unida te honra. Todos los ángeles y la corte de los cielos y quien sea que sirve al Hijo, también los Querubines y Serafines, ellos cantan todos con una voz clara.” 
Esta letania representa un ejemplo raro de la liturgia dentro del Cristianismo usando lenguaje femenino para describir a Dios, pero solo fue uno de los muchas piezas de adoración a la madre Espíritu en las iglesias Moravas.
Cuando los residentes de Bethlehem, Moravia, edificaron en sus edificios largos para los Hermanos solteros en 1748, una piedra fue esculpida para proclamar a todos los visitantes lo que los Moravos creían acerca de Dios: 
“Padre, Madre y adorado Esposo dan el honor a los planes de los hombres jóvenes.” Los Moravos en 1748 fueron comprometidos en la idea que la Trinidad incluye Dios la Madre al punto que ellos mismos lo escribieron en piedra y lo situaron al frente de sus edificio. Tiempo después los Moravos fueron avergonzados de esta teología de sus antepasados que tuvieron que esconder la piedra y su mensaje.

Zinzendorf reconoció que este tipo de lenguaje para el Espíritu Santo no fue típico entre la gente, pero ella siempre insistía que era la más simple, clara y mejor manera de comunicar la naturaleza del Espiritu Santo. Este es el lenguaje que aun un niño puede entender.
Zinzendorf contendía por la autoridad escritural del Oficio de la Madre vinculado al Antiguo y Nuevo Testamento, como los textos Isaias 66:13 y Juan 14:26:  “Cuando el querido salvador al final de su vida quiso consolar a sus discípulos (en ese momento el lenguaje no era tan rico como ahora),  en ese tiempo el Salvador, quien fue el más grande estudiante de la Biblia, había sin duda leído el verso en la Biblia ‘Te consolare como una madre consuela’. Luego el Señor pensó ‘si voy a decir a mis discípulos que me voy, entonces debo darles un consolador. Debo decirles que ellos recibirán a alguien quien les consolara en mi partida. No será extraño a ellos porque ellos ya lo habrán leído en la Biblia….allí se lee que ellos tendrán una madre: Dejare mi Espíritu.”

Zinzendorf creía que la iglesia debía ser una escuela del Espíritu Santo, que a diferencia de cualquier institución educativa humana. Se trata de "una escuela de la familia, que es una escuela en enseñanza primaria, en los brazos de la Madre eterna" que ama tiernamente a sus hijos. Un cristiano es como un niño que "se sienta en el regazo de la Madre, se recibe en la escuela, y es llevado a través de todas las clases, entonces es bajo el permiso especial, bajo el régimen maternal del Espíritu Santo, que consuela, castiga, y besa el corazón, como una madre consuela, castiga, y besa a su propio hijo ".  No se sabe si Zinzendorf había leído la obra de Comenius “Escuela de Madre”, pero esta cita es ciertamente consistente con el entendimiento de Comenius de que la educación es un proceso benevolente guiado por una figura enriquecedora.
La idea de que el Espíritu Santo como la madre se convirtió en una parte importante de la devoción de Moravia y la vida comunitaria. La iglesia estableció una fiesta para el Espíritu Santo, popularmente llamado el Mutter Fest (festival Madre), que fue mencionado por primera vez en público en 1752. Se observó al año hasta 1770. Parece que la devoción a la Madre fue especialmente importante para las mujeres de la comunidad. “La oración de la Iglesia a la madre”  fue utilizado regularmente en el día de la fiesta de la hermana soltera. Es muy significativo que Zinzendorf comparó el Espíritu Santo a Anna Nitschmann, que también fue conocida simplemente como Mutter.



Según Zinzendorf, la bendición de los cuerpos de las mujeres viene a través de María, la madre de Jesús. Las madres lactantes deben meditar sobre el misterio que Dios era un bebé que María amamantó. Zinzendorf insistió en que la concepción de Cristo en el seno de María y el nacimiento de Jesús quitó la vergüenza asociada con el cuerpo femenino. Como tal, las mujeres y sus cuerpos deben ser honrados por todos. "Y desde aquella hora el miembro femenino, la madre femenina, no era más una pena pero el más honrado de todos los miembros".  Zinzendorf audazmente proclamó que los cuerpos de las mujeres son sagrados.
 

Algunos grupos gnósticos también promueven esta doctrina de la femineidad del Espíritu Santo, y se refieren a Él como “la Madre Universal”, y la describen así: “La Jerarquía Divina podrá entonces, aproximarse a la humanidad terrestre. Al hablar de Madre Universal, estamos hablando de la Matriz Cósmica, la Mater Virgo. Es una de las tres energías básicas del Universo. En el nivel planetario rige la vida de la materia y es parte del alto escalón de la Jerarquía planetaria. Prueba la sustancia que permite a la vida manifestarse y a la materia liberar su cuerpo de luz, que es lo que estamos iniciando hoy: asumimos en un cuerpo físico la trascendencia cósmica....Estamos viviendo la Nueva Era, la Era del Espíritu Santo, la era de la polaridad femenina, en que, ya no más, se vencerá por la espada y por el dolor, y si, por el uso del amor a través de actos, pensamientos y unión de esfuerzos.”
Pues como siempre espero que os haya sido útil e interesante.